Los “Amigos de la tonada” pretenden remediar que el paso del tiempo o
la incuria borren la memoria de un pueblo que trabaja, sueña y vive la vida a
su manera.
“Castilla es un pueblo sin canciones ni mesones” escribió Antonio
Machado; la Castilla palentina, la de los viejos fueros brañoserenses, la
Castilla de la montaña, la de las minas, la que se llega al prado para cuidar
su jato, la Castilla de sus tradiciones de boda, de aniversario, de fiestas, tienen
sus canciones que han nacido del alma y no pueden morir porque es la
intrahistoria de un pueblo forjada en lo cotidiano. A ello colaboran
generosamente los “Amigos de la tonada”.
Se cerraron las bocas de las minas pero en la garganta de estos nacerá
una lágrima para cantar la epopeya sencilla de un pueblo. El prado quedará
solitario pero en el fondo se elevará una canción con sabor a hierba y retama.
“De la corona del cielo, una esmeralda cayó
esa esmeralda es Barruelo, la tierra en qué nací yo”
La dureza y
gravedad de un pueblo se volvió tonada y en la cuenca del Rubagón volaron
mariposas y con sabores de montaña
nacieron y quedaron en la garganta de un pueblo.
“Y cuando canto a mi tierra, se me ensancha el corazón,
canto al valle de Santullán y a
la cuenca del Rubagón”
En las entrañas de la mina peleando el negro carbón, cuando nace y cae
la jornada en torno a una copa de aguardiente en el Bombero, queda el pulmón
suficiente, registro alto, reciedumbre en la voz, nostalgias de mar, para
avivar la tertulia.
Teyo, ha llevado la tonada y sus canciones por diversos sitios de España y ha avivado recuerdos por algunos lugares
de Europa, como embajador de una zona que bien podríamos llamarla “Suiza
palentina”.
Teyo y sus amigos de Barruelo su ilusión es cantar, cantar en
tertulias de amigos, en bares, reuniones de armonía, cantar para consolar y
divertir y compartir sentimientos.
Puertas
abiertas para los “Amigos de la tonada”
“Han nacido cantando y no lo pueden remediar
siempre se nace llorando y a ellos les dio por cantar”
Ángel Bustillo