Surgió de imprevisto después de salir de misa, el cantar unas "tonadas" y la verdad que pasamos un rato agradable donde todos participaron en el cante. Después de tantos años he comprobado que a la mayoría de las personas les gusta cantar, no sólo a los niños, y la ventaja si lo hacemos en grupo es que si alguno es tímido o inseguro, y siente que no canta bien, el grupo hace superar este problema, entonces, es un buen modo de crear unidad y auto-confianza. y es lo que hicimos. Pero además ahí nació una amistad digna de todo elogio, Ana y Victor Castelo pareja entrañable.
Este año si es posible hay que organizar para que se repita el buen momento que pasamos.
UNA TONADA DE AMIGOS, UNOS AMIGOS DE TONADA Seguramente en esta época que vivimos de iPad, de iphone, móviles, portátiles, tabletas y canon digital, suena raro lo de cantar tonadas en los bares, cantinas o a los postres de una reunión de amigos. Pero los amigos de la tonada de Barruelo, del Valle de Santullán, han encontrado en este cancionero un motivo para reunirse, para reencontrase y recuperar una tradición que es fiel reflejo de un pasado barruelano, que exhalaba ritmo y alegría por todos los poros de su vida cotidiana. Recuperar la costumbre de cantar en los bares, cantar a la salida del trabajo, cantar por las calles, cantar, sólo cantar, cantar sencillo, cantar a veces desafinado, cantar canciones de un pasado y del presente. Como dicen con frecuencia nuestros mayores, “cuanto se cantaba antes”. Cantar es signo de felicidad, si esto es así hay una conclusión clara, antes eran más felices que ahora, por que ahora se canta mucho menos. Organizados bajo la batuta inmisericorde de Teyo Pinilla, verdadero alma de este movimiento, un grupo de barruelanos, se reúnen todos los veranos para cantar, para recuperar aquellas viejas canciones, mantener las amistades, los reencuentros, la memoria y también para sentir un presente vital y sobre todo para ser felices cantando tonadas. Este proyecto tiene un futuro por delante, recopilar mediante un catálogo este cancionero popular y grabar aquella música aquellas tonadas para que no se pierda ese folclore representativo de nuestro pasado, de las costumbres y de los oficios de la tierra, agricultores, pastores, pescadores, molineros y los mineros, los mineros de Barruelo y de las cuencas del norte de España. Estos propósitos se hicieron en la comida de hermandad anual que celebraron la treintena de tonadores en el Santuario del Carmen la semana pasada. La celebración comenzó el día anterior cuando se recorrieron los establecimientos de la localidad entonando esas canciones de siempre. La salve que se cantó en el Santuario de la Virgen del Carmen, forma parte también del amplio y rico cancionero que hay que mantener vivo y lanzarlo al aire para que se escuche en la tierra y en el cielo. Enhorabuena.
Surgió de imprevisto después de salir de misa, el cantar unas "tonadas" y la verdad que pasamos un rato agradable donde todos participaron en el cante.
ResponderEliminarDespués de tantos años he comprobado que a la mayoría de las personas les gusta cantar, no sólo a los niños, y la ventaja si lo hacemos en grupo es que si alguno es tímido o inseguro, y siente que no canta bien, el grupo hace superar este problema, entonces, es un buen modo de crear unidad y auto-confianza. y es lo que hicimos. Pero además ahí nació una amistad digna de todo elogio, Ana y Victor Castelo pareja entrañable.
Este año si es posible hay que organizar para que se repita el buen momento que pasamos.
Teyo
UNA TONADA DE AMIGOS, UNOS AMIGOS DE TONADA
ResponderEliminarSeguramente en esta época que vivimos de iPad, de iphone, móviles, portátiles, tabletas y canon digital, suena raro lo de cantar tonadas en los bares, cantinas o a los postres de una reunión de amigos.
Pero los amigos de la tonada de Barruelo, del Valle de Santullán, han encontrado en este cancionero un motivo para reunirse, para reencontrase y recuperar una tradición que es fiel reflejo de un pasado barruelano, que exhalaba ritmo y alegría por todos los poros de su vida cotidiana.
Recuperar la costumbre de cantar en los bares, cantar a la salida del trabajo, cantar por las calles, cantar, sólo cantar, cantar sencillo, cantar a veces desafinado, cantar canciones de un pasado y del presente.
Como dicen con frecuencia nuestros mayores, “cuanto se cantaba antes”. Cantar es signo de felicidad, si esto es así hay una conclusión clara, antes eran más felices que ahora, por que ahora se canta mucho menos.
Organizados bajo la batuta inmisericorde de Teyo Pinilla, verdadero alma de este movimiento, un grupo de barruelanos, se reúnen todos los veranos para cantar, para recuperar aquellas viejas canciones, mantener las amistades, los reencuentros, la memoria y también para sentir un presente vital y sobre todo para ser felices cantando tonadas.
Este proyecto tiene un futuro por delante, recopilar mediante un catálogo este cancionero popular y grabar aquella música aquellas tonadas para que no se pierda ese folclore representativo de nuestro pasado, de las costumbres y de los oficios de la tierra, agricultores, pastores, pescadores, molineros y los mineros, los mineros de Barruelo y de las cuencas del norte de España.
Estos propósitos se hicieron en la comida de hermandad anual que celebraron la treintena de tonadores en el Santuario del Carmen la semana pasada. La celebración comenzó el día anterior cuando se recorrieron los establecimientos de la localidad entonando esas canciones de siempre. La salve que se cantó en el Santuario de la Virgen del Carmen, forma parte también del amplio y rico cancionero que hay que mantener vivo y lanzarlo al aire para que se escuche en la tierra y en el cielo. Enhorabuena.
Arturo Ruiz Aguilar